La desinformación puede ser extremadamente nociva en un proceso electoral: puede confundir a los votantes, disuadirlos de votar o deslegitimar elecciones, entre otras cosas. Por eso es clave estar preparado para contrarrestarla. Y eso incluye, entender cómo circula y qué herramientas pueden servirnos para frenarla.
¿Por dónde circula la desinformación? Los falsos contenidos no solo están en redes sociales, pueden también difundirse en otros ámbitos. De hecho los rumores y las campañas sucias existen desde antes de que aparezca la primera red social. Pero la facilidad de acceso para que cualquiera pueda publicar y la facilidad con la que los contenidos se pueden propagar cambiaron las dinámicas.
El camino que sigue una desinformación suele ser como una trompeta, en el que empieza en pequeños círculos, como grupos de Telegram o WhatsApp, o redes sociales más pequeñas y luego, a medida que ganan tracción se trasladan a redes sociales más abiertas, como Facebook, Instagram, TikTok y YouTube, entre otras.
Identificar los espacios en los cuales circula la desinformación puede hacernos ganar tiempo para prepararnos antes de que llegue a las grandes redes sociales y pueda alcanzar a cientos de miles de personas más.
Una vez que la desinformación llega a redes sociales abiertas y comienza a viralizarse, es el mejor momento para intervenir y desmentirla. Si desmentimos una desinformación muy temprano, cuando aún circula en círculos pequeños, y luego difundimos ampliamente esa desmentida, podemos darle más visibilidad a la desinformación de la que tenía. Incluso al desmentirla, ayudamos a poner ese tema en la agenda y hacer que personas que no habían estado expuestas a ella, sepan de su existencia.
Pero si esperamos demasiado antes de intervenir, la desinformación puede viralizarse aún más y alcanzar a más personas que no están advertidas de que se trata de un falso contenido. Cuando la intervención se hace en el momento justo, cuando muchas personas ya lo han visto, pero sigue creciendo, podemos lograr que menos personas lo compartan y por lo tanto tenga una menor circulación.
Más allá de la viralidad, también es importante tener en cuenta el daño que podría generar una desinformación. Por ejemplo, si el contenido puede impedir que la persona vote, porque le da falsa información sobre su lugar de votación, puede ser importante desmentirlo aunque no sea tan viral.
También vale la pena analizar las posibles estrategias de difusión de las desmentidas. Quienes más las necesitan son quienes estuvieron expuestos a la desinformación, y para eso es importante hacerlas circular en las redes sociales en las que estuvo originalmente el falso contenido. Incluso, en algunos casos, se pueden hacer desmentidas que no se difundan en redes sociales y que simplemente queden disponibles para que las encuentre quien busque información sobre el tema.
A su vez es importante cómo presentar una desmentida. Por ejemplo, es mejor no poner títulos con preguntas, sino con afirmaciones. Es decir, “es falso que se va a poder votar sin documentación”, en lugar de “¿Se va a poder votar sin documentación?”. Dado que sabemos que muchas personas verán nuestro contenido en redes sin entrar en el link o el video, aprovechemos esos segundos para que la persona tenga la mayor cantidad de información posible.
Por otro lado, es importante ser transparentes sobre cómo se obtuvo la información. Esto le dará más confianza a la persona sobre las razones para desmentir algo y también le permitirá entender por qué algo es falso, y por lo tanto descartar próximas desinformaciones que sean parecidas.
Por último, puede ser útil ponerse en el lugar de una persona que creyó la desinformación antes de hacer la desmentida. Eso nos puede permitir hacerlo de manera empática y tener más posibilidades de convencerla.
Este recurso forma parte de un kit de herramientas para cubrir períodos electorales y detectar desinformación relacionada, producido por IJNet en alianza con Chequeado y Factchequeado, y con el apoyo de WhatsApp.
Para más información sobre los tipos de desinformación electoral, puedes consultar PortalCheck y en este sitio hay más recursos para periodistas.
Imagen de Adem AY en Unsplash.
Fuente https://ijnet.org/